Todo no se puede, y a veces no se puede nada. Eso aprendí a través de los años y del sexo. Hace un año y seis meses -pienso- tenía ilusión en la mirada. Ahora me quedan unas cuántas páginas para empezar a escribir lo que intenté entonces. No vas a entender esto. No esperes entender. Salí a mirar las luces, más brillantes esa noche (quizás por mi esperanza de un estado de cosas mejor que este, o de aquél), mientras me preguntaba si realmente merecía algo de eso, una absurda una-vez-más-última-oportunidad. No, me dije y me empecé a reír, como burlándome de mi suerte.
sábado, 1 de junio de 2013
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